¿Cuándo debemos recebar el césped? ¿Cuáles son los pasos para realizar esta técnica? En este artículo explicamos la importancia de recebar el césped tanto en áreas ajardinadas públicas como privadas. Y es que en muchos lugares observamos que se obvia esta tarea esencial para que el césped se muestre sano y vigoroso.
El recebo para césped es una mezcla especial preparada a base de compost vegetal y arena, cuya aportación favorece la aparición de brotes y raíces nuevas en el césped ya implantado y en el caso de incorporar nuevas semillas facilita su germinación. Con el recebo preparamos el suelo para que las plantas se reproduzcan adecuadamente. Pero recebar el césped no significa solo que tengamos que suministrar recebo al suelo. Hay otras tareas complementarias que son aconsejables y necesarias para que el material penetre correctamente en la tierra.
En primer lugar se debe llevar a cabo una siega baja del césped, dejándolo a ras de suelo. A continuación, debemos escarificar el césped para eliminar el “thatch”, una primera capa compuesta por hojas secas, raíces y otra materia orgánica. Este “manto” se vuelve impermeable con el tiempo, por lo que no permite la penetración del riego ni de los abonos.
El siguiente paso tras el escarificado del césped será el perforado, con el que aireamos la capa superior y creamos un acceso a la parte inferior para el recebo, facilitando su penetración y también la mejora de la estructura del suelo. Es ahora cuando aportamos el recebo de forma homogénea. Si queremos añadir un abono, recomendamos que sea de liberación lenta y se aplique antes del recebo, para que quede tapado por el mismo.
El recebado debe hacerse al menos una vez al año y hay dos momentos aptos para ello. Tradicionalmente se elige la primavera, pero cabe destacar que el otoño también es una época adecuada puesto que el césped ha pasado la temporada de estrés por calor. Eso sí, es fundamental no recebarlo en momentos con alta humedad y altas temperaturas, ya que es más fácil que proliferen los hongos.