Hay que tener en cuenta que tras el verano todas las plantas han sido castigadas por el exceso de calor, las constantes siegas e, incluso, el pisado al que lo sometemos. Por ello, debemos permitir que el césped se oxigene y romper la compactación del terreno a través de una escarificación de nuestro jardín para retirar el thatch, es decir, la capa donde se acumulan tallos, raíces y hojas que evitan la circulación del agua, aire y nutrientes.
Seguidamente, podemos aplicar un abonado de liberación lenta que irá penetrando en el suelo de manera progresiva. En este sentido, Burés Profesional recomienda la formulación de FERTIGREEN RESISTEN 14 – 3 – 6 + 3 MgO + 8 Fe, que presenta una menor cantidad de nitrógeno (85% en forma ureica) debido a que las altas dosis de este nutriente en otoño estimula el desarrollo foliar de forma tardía y, como resultado, se produce un aumento en el contenido de humedad en las células vegetales, lo cual se refleja en una reducción en su tolerancia al tránsito y al estrés por las bajas temperatura.
Durante el invierno, es recomendable el equilibrio de nutrientes, ya que el potasio nos va ayudar a endurecer el césped y mejorar su resistencia a las bajas temperaturas invernales. Además, un abonado de invierno nos permite mantener el color verde intenso del césped a pesar de las condiciones climáticas.
La riqueza en hierro del producto en forma de sulfato de hierro, es esencial para la síntesis de clorofila, evitando el amarillamiento de las hojas y contribuyendo a mantener un césped verde y vigoroso.
Por otra parte, el hierro presente en FERTIGREEN RESISTENT ayuda a controlar el musgo que aparece en aquellos céspedes que crecen sobre suelos arcillosos y con un inadecuado drenaje, sobre todo en primavera y otoño, cuando las lluvias son más intensas. El sulfato de hierro puede actuar como desecante al cual el césped es bastante resistente (dependiendo de la dosis y la época en que se aplique), pero musgos y algas presentan una sensibilidad acusada.
FERTIGREEN tiene sus principales aplicaciones en áreas verdes urbanas, campos de golf, campos deportivos, jardines, y taludes en infraestructuras viarias. Se debe aplicar entre 20 y 35 gramos por metro cuadrado (200-350 kg/ha). Debemos repartir el producto de forma uniforme sobre la superficie seca y, a continuación, regar para facilitar su incorporación.
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Un chute de energía para tu césped antes de la temporada de frío